Artículo invitado de Marco Ribeiro
Hoy en día, las empresas de todo el mundo se enfrentan al enorme reto de sobrevivir y crecer en un entorno extremadamente competitivo. Los mercados se configuran y remodelan debido a la innovación constante, las demandas de los clientes y la competencia feroz. Todas estas fuerzas exigen que las empresas se reinventen continuamente tratando de mantener ventajas competitivas que las diferencien de la competencia.
La planificación estratégica en un entorno así es un reto difícil que las empresas deben superar con éxito. La planificación estratégica empresarial aborda cuestiones tan complejas como:
Comprender el mercado y sus tendencias futuras : entender a los proveedores, la competencia, sus ventajas competitivas y su posicionamiento en el mercado. Conocer las tendencias futuras que configurarán el mercado.
Asignación futura de recursos : cómo deben organizarse los recursos de la empresa para mantener un funcionamiento eficiente.
Ámbito de operaciones: en qué negocios debe operar la empresa y cuáles debe abandonar.
Diversificación de los negocios de la empresa : ¿debe la empresa centrar sus operaciones en un conjunto reducido y relacionado de negocios o debe tratar de diversificarse hacia negocios heterogéneos?
Estructura futura de la empresa : trazar los límites de la empresa y determinar cómo afectarán a las relaciones con proveedores y clientes.
La estrategia definida abordará todas estas cuestiones en detalle y determinará la futura dirección de la empresa.
¿Podemos utilizar la simulación como apoyo al proceso de planificación estratégica?
Sí que podemos. Como describen Thomas Davenport y Jeanne Harris en su libro Competing on Analytics: The new Science of Winning, asistiremos a un aumento de la demanda y el uso de tecnologías analíticas en apoyo de los procesos de toma de decisiones de las empresas.
La simulación puede desempeñar un papel importante ayudando a los directivos a crear modelos de sus mercados y procesos y «jugar» con ellos para comprenderlos mejor. También podemos utilizar la simulación para respaldar iniciativas como el análisis y la gestión de carteras, ayudando a los directivos a determinar cómo gestionar y configurar de la manera más eficaz el ciclo de vida de sus productos. Podemos construir modelos de procesos y determinar la configuración más eficiente. La simulación es una herramienta valiosa para probar escenarios y tomar mejores decisiones empresariales.
Marco Ribeiro
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